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Imagen de la pelicula cubana Retrato de Teresa

Imagen de la película cubana Retrato de Teresa

La masculinidad en América Latina y el Caribe  toma nuevos matices a la par del rol tradicional que sigue pesando en la sociedad actual, se descubre una visión más moderna y otra en transición que ya atrae la atención a los estudiosos del tema.

 

 


En este trabajo 
Machismo: Tradición vs Modernidad,  se sustenta el  juicio que la identidad masculina respaldada por valores tradicionales, provoca conflictos y malestares en la práctica social de los individuos, particularmente aquellos que no alcanzan advertir ni reconocer la incidencia de las nuevas formas de identidad femenina que le permiten a la mujer tener una participación más activa en la sociedad.

 

Antes de iniciar el mismo, permítanme  relacionar  algunas  definiciones generales sobre las palabras  tradición y machismo.

 

Tradición. (Del lat. traditĭo, -ōnis). f. Transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación. || 2. Noticia de un hecho antiguo transmitida de este modo. || 3. Doctrina, costumbre, etc., conservada en un pueblo por transmisión de padres a hijos. || 4. Elaboración literaria, en prosa o verso, de un suceso transmitido por tradición oral. || 5. Der. Entrega a alguien de algo. || 6. Ecd. Conjunto de los textos, conservados o no, que a lo largo del tiempo han transmitido una determinada obra. La tradición del Libro de Buen Amor está formada por pocos manuscritos.(1)

 

Tradicional. adj. Perteneciente o relativa a la tradición. || 2. Que se transmite por medio de ella. || 3. Que sigue las ideas, normas o costumbres del pasado. (2)

 

Tradición: Trado, trádere, trádidi, tráditum; este es el verbo del que deriva nuestro concepto de tradición. Completan el campo léxico traditio, traditor y traditus. Compuesto de trans, que significa más allá, de la otra parte, del otro lado, a través de, y do, das, dare, dedi, datum, que significa dar (con todos sus sinónimos). Es inevitable que unos términos tan genéricos sean aplicables a multitud de situaciones. El derivado traditio recoge en latín todos los significados del verbo tradere: acción de entregar, remitir, transmitir; transmisión, enseñanza; relación, relato, doctrina. En el siglo II el gramático Aulo Gelio introduce el significado específico de tradición (implícito en el verbo tradere); en el siglo IV registramos en San Agustín un significado más, que sin duda debía estar ganando terreno entre los hablantes, que es el de traición para traditio, obtenido a partir del significado de entregar, abandonar, etc. que es uno de los numerosos significados de tradere. El latín prefiere para este uso el verbo prodere y el sustantivo proditio, pero la realidad es que ambos verbos son intercambiables en buena parte de su significado. El propio Tácito, un clásico, usa traditor con el valor de «traidor», siendo su valor dominante el de transmisor de algo, el que hace entrega de algo. Es el hecho de que procedan del mismo origen lo que hace que la distancia entre tradición y traición se nos haya quedado tan sutil, dando lugar a errores y juegos de palabras. (3)

Tradición: 1 Transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc. hecha de generación en generación. 2. Noticia de un hecho antiguo transmitida de este modo. 3. Doctrina, costumbre, etc , conservada por un pueblo por transmisión de padres a hijos. 4. Entrega a uno de la cosa. 5. Elaboración literaria , en prosa o verso, de un suceso transmitido por tradición oral » (4)

La tradición es una construcción social que cambia temporalmente, de una generación a otra; y espacialmente, de un lugar a otro. Es decir, la tradición varía dentro de cada cultura, en el tiempo y según los grupos sociales; y entre las diferentes culturas. La idea común que se tiene sobre la tradición es la que etimológicamente hace venir el término del latín “ trajere ”, del que derivaría tradición, es decir lo que viene transmitido del pasado; por extensión, el conjunto de conocimientos que cada generación entrega a la siguiente. Pero como veremos este significado originario está sufriendo diversas transformaciones. Si la tradición es la herencia colectiva, el legado del pasado, lo es también debido a su renovación en el presente. La tradición, de hecho, actualiza y renueva el pasado desde el presente. La tradición, para mantenerse vigente, y no quedarse en un conjunto de anacrónicas antiguallas o costumbres fósiles y obsoletas, se modifica al compás de la sociedad, pues representa la continuidad cultural. (5)

Machismo: Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. (6)

…..el machismo es más que un simple acto, el machismo soporta una carga ideológica que habitúa los impulsos en una determinada dirección e imbuye un sistema social de género. El machismo está presente en el patriarcado, late dentro de él, lo estructura, y lo motiva. El machismo es un mal que debe eliminarse como soporte previo del patriarcado, puesto que constituye su condición. Los argumentos para probar esta inferioridad supuesta de la mujer han tomado prestados elementos de la antropología, pretendiendo fundarse en hechos de índole natural. Lo que me interesa es sentar que el machismo se apoya en una falacia de tipo epistemológica, que confunde el ámbito de los valores con el árido campo de los hechos. (7)

 

La cultura provee al individuo de un sentido de pertenencia que pesa sobre la personalidad y ejerce  presiones sobre el individuo para que éste cumpla con el rol asignado  y   tratándose de la identidad masculina  la cultura patriarcal define una serie de características socioculturales y modos que el varón debe cumplir y a partir del proceso de  socialización pues el individuo aprende el rol que se le ha asignado, el compromiso que tiene con su medio social y el de hacer perdurar un orden establecido que en  los mundos masculino y femenino, tradicionalmente las mujeres se encuentran bajo el control de los hombres.

 

Si la  tradición, de hecho, actualiza y renueva el pasado desde el presente y  se modifica al compás de la sociedad pues existirán cambios que  necesariamente conducen a un  trastorno social donde la tradición comienza a ser cuestionada, y emprende un  conflicto cultural que provoca el choque entre la  tradición y la modernidad.

 

El pasado se resiste a morir, por tanto, las conductas y estereotipos del pasado todavía existen, y hasta quizás, estadísticamente predominen; pero el reconocer el avance de la modernidad supone el cuestionamiento a los viejos patrones de conducta, de identidades genéricas caducas, que poco a poco, van siendo desvalorizadas socialmente, simple y sencillamente, porque las nuevas identidades, al menos significativamente importantes, son las que se proyectan como los estereotipos genéricos que guían el deber ser de hombres y mujeres ¨. (8)

 

La  transformación cultural implica el abandono del pasado iniciando el proceso de cambio que posibilita la crítica al modelo cultural tradicional, el rechazo a la herencia de la tradición que anteriormente ofrecía certidumbre en la medida que establecía cuál era el rol masculino y el femenino. La modernidad supone la convivencia entre dos formas de reproducción e interacción social, una, que simboliza al pasado, y otra  naciente; las dos originan una contradicción, y por tanto, escenarios de conflicto individual y colectivo.

Por tanto la mujer moderna esta cambiando sus formas de comportamientos tradicionales e influye en el cambio de    la identidad masculina de la tradición, pues al realizar un trabajo asalariado aparece también como abastecedora, fragmentando la  ventaja de proveedor y protector  económico que el hombre ejerció en el pasado. Terminando con el papel de  víctimas del abuso del poder masculino y  la expresión negativa de la masculinidad que es  el machismo.

El machismo constituye un lastre no sólo para la mujer sino también, y hoy quizás en mayor medida, para el hombre mismo. Las propias condiciones sociales plantean situaciones adversas para que el hombre continúe como responsable/encargado de tomar las decisiones que definen el destino de la familia.

Tal situación cultural es lo que provoca la crisis de la identidad, sobre todo en el caso de los géneros, y la crisis de la identidad masculina es incuestionable, pues todavía relaciona su género con el poder, y la modernidad le revela cómo éste se desvanece, 

 

Una de las estructuras más importantes de la sociedad moderna es  la división social del trabajo, que en la lógica del género fue planteada como división sexual del trabajo,  esta estructura se constituyó en el principal emblema del poder masculino y  en  dicha asignación la estructura económica determinó que a la mujer se le confinara en el espacio privado, y al hombre se le asignaba el espacio público. Esto conllevo  a definir la posición de poder, y  determinó que al hombre se le asignara la característica de proveedor, el agente de la pareja y la familia que garantizara el acceso al dinero,  cuando la mujer conquista el mercado de trabajo, se encuentra en el camino de alcanzar  su independencia, poco a poco, arranca el título de proveedor al hombre, comenzando de esta forma los choques de las identidades y se  inicia la perdida de  los elementos del  pasado y el cambió en las tradiciones que permitirá  establecer la diferencia entre hombres y mujeres entrado  en un proceso de evolución que provoca el choque  en términos de lo que representan  los símbolos de la tradición femenina  el papel madre/esposa,  ya que estas  van adquiriendo  nuevos roles sociales, nuevas  formas de pensar, nuevas formas de relacionarse con su mismo género y con el masculino, y por tanto el hombre pierde la certidumbre que le otorgaba su identidad genérica en el marco de una tradición.

 

Hoy son incuestionables los cambios paulatinos que en las relaciones sociales han adquirido la mujer, se observa  un sentido nuevo a la herencia de la tradición cultural que estableció las formas de interacción entre hombres y mujeres, por ejemplo, en el espacio privado.

Las nuevas identidades sobre todo de las mujeres que han alcanzado posiciones valoradas socialmente, ya sea el reconocimiento a una práctica artística, deportiva, intelectual, o bien, una actividad altamente remunerada, representan la transformación de las estructuras simbólicas que con anterioridad le permitieron al hombre encontrar “razones” para evitar o limitar el acceso de las mujeres a las posiciones sociales en las que se ejerce alguna cuota de poder(9)…. representado en los espacios públicos  dominados por el hombre. 

En ese sentido, el choque cultural entre la tradición y la modernidad que presume el proceso del cambio cultural, se expresa, inevitablemente, a partir de la coexistencia de formas simbólicas y prácticas sociales, la tradición se resistiese a ceder paso a la modernidad. Pero es  irrefutable la transformación gradual de las identidades genéricas, ahora, en particular, el de la masculinidad, que sin necesidad de predominar en el contexto de las prácticas sociales, abre paso a la reformulación de nuevas formas de expresión de esa identidad.

 

Notas:

(1)Microsoft® Encarta® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos

(2) Microsoft® Encarta® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos

(3) http://www.elalmanaque.com/navidad/temas/TRADICION.htm

(4) Definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española 1992:2004

(5) Marcos Arévalo,  Javier :  La tradición, el patrimonio y la identidad

(6) Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española 1992:2004

(7) Análisis de los modelos femeninos contemporáneos.

http://aafi.filosofia.net/revista/el_buho/elbuho2/buho3/femenino.html

(8) Marcos Arévalo,  Javier :  La tradición, el patrimonio y la identidad.  Revista de estudios extremeños, ISSN 0210-2854, Vol. 60, Nº 3, 2004, pags. 925-956

(9) Montesinos, Rafael:  La masculinidad: la cultura y las tendencias genéricas en el México http://www.difusioncultural.uam.mx/revista/feb2000/montesinos.html

 

Bibliografía.

Harris , Marvin ”. “Llevan los pantalones”…, Antropología cultural, Madrid, 1995, 3a. reimpresión, Alianza Editorial, pp. 530.
Harris, Marvin (1992) Nuestra especie, Alianza Editorial, Madrid.
— (1984) La cultura norteamericana contemporánea. Una visión antropológica, Revista Nueva  Antropología, México.
— (1993) “La mujer en el proceso de modernización en México”,
Montesinos, Rafael (2004) “La nueva paternidad: una expresión urgente de la masculinidad”, en proceso de publicación, Revista Polis, UAM-I, México.
————–( 2000) Tendencias de la masculinidad al despuntar el siglo XXI. http://static.scribd.com/docs/cmtwor76gzj3y.doc
— (2000) “La masculinidad: la cultura y las tendencias genéricas en el México.
http://www.difusioncultural.uam.mx/revista/feb2000/montesinos.html
Marcos Arévalo,  Javier :  La tradición, el patrimonio y la identidad. Revista de estudios extremeños, ISSN 0210-2854, Vol. 60, Nº 3, 2004, pags. 925-956
Pruett, Kyle D. (2001) El rol del padre. La función irremplazable, Vergara, Argentina.
Seidler, Victor J. (2000) La sin razón masculina. Masculinidad y teoría social, Paidós, México.
Rocheblave Spenlé,  Anne-Marie. Lo masculino y lo femenino en la sociedad contemporánea, Madrid, 1968, Ciencia Nueva.
Schneider, Monique (2003)Genealogía de lo masculino, Paidós, Barcelona.

 

Heterodoxia

Como nos ha gustado mucho te lo reproducimos en nuestro blog ¿qué te parece?

Por: Marta Castro | 10 de junio de 2013 http://blogs.elpais.com/mujeres/2013/06/el-machismo-al-otro-lado-del-espejo.html?goback=.gde_2491538_member_248311983

MercedesFernandez-Martorell

Varias revistas femeninas rehusaron entrevistar el pasado día 5 de junio a la antropóloga catalana Mercedes Fernández-Martorell tras la presentación de su novela Ideas que matanen la Feria del libro de Madrid. «Causa cierto rechazo que mi investigación se centre en los agresores en vez de en las víctimas», explica la autora. Pero la principal aportación de su investigación es precisamente esa, poner el foco en los desencadenantes de la violencia machista, en analizar qué factores llevan a los hombres a maltratar y por qué ni la educación ni la cultura o el nivel socioeconómico son eximentes para estas conductas. Es el maltrato desde el otro lado del espejo. Es Alicia intentando dirimir las razones que llevan a la reina de Corazones a actuar como lo hace.

En 2001 el…

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Bárbara Argüelles Almenares
Master en Ciencias sobre estudios cubanos y del Caribe
Investigadora del Centro de Estudio Antonio Maceo Grajales
Georgina Baró Arencibia
Master en Ciencias Antropológicas
Especialista en Promoción y Divulgación, editor Portal Web de la  Biblioteca Casa de las Américas
Resumen : Emprender hoy, un estudio en las investigaciones de historia social en el siglo XVIII santiaguero constituye un riesgo, no sólo por las orientaciones y tendencias que prevalecen en los análisis realizados, también por el estado de todas las fuentes del período colonial: escasas, incompletas, en mal estado de conservación y sobretodo vinculadas por su origen a las actividades económico administrativas estratificadas para cada gobierno.
El uso del testamento para fines investigativos no se ha generalizado. De nuestras propias dificultades, trances y conflictos con estos documentos, elaboramos este texto, con el fin de hacer visible las posibilidades del recorrido interior. Quizás con ello se encaucen inquietudes que amplíen los estudios de nuestra historia social durante el período, pues los investigadores también podemos ofrecer datos, completar fuentes y elaborar materiales complementarios de los que produce la actividad archivística para orientar a los usuarios durante el complejo proceso de búsqueda de información

Las urgencias de nuestros estudios históricos llevaron a segundo plano aquellos relacionados con los acontecimientos socioculturales ocurridos durante los primeros siglos coloniales. La tendencia de este pensamiento se expresa en un sinnúmero de reseñas publicadas sobre  hechos económicos y procesos políticos aislados, sin considerar lo social como el terreno intermedio entre ambos, campo de determinaciones históricas propias, donde toman forma las actitudes y estados de ánimo de todas las clases y grupos sociales.[1]

Estos antecedentes historiográficos señalan la necesidad de historiar los diferentes registros de la cultura colonial en todo el país, del cual los resultados hasta ahora acumulados son breves aproximaciones, pocosignificativas para un proceso de integración de la cultura cubana.

Sin embargo, emprender hoy un estudio de esta temática constituye un riesgo, no sólo por las orientaciones y tendencias que vimos, prevalecen en los análisis realizados, también por el estado de todas las fuentes del período colonial: escasas, incompletas, en mal estado de conservación y sobretodo vinculadas por su origen a las actividades económico administrativas estratificadas para cada gobierno.

 Aunque, no difiere mucho de las características anteriores, existe en nuestros archivos el fondo documental Protocolos Notariales y en ellos el testamento, un documento sui géneris para los estudios de historia social en la etapa. Su objeto, acto de última voluntad, medio a través del cual el hombre ordena para legar los bienes materiales adquiridos durante la vida.

 Esta circunstancia también condicionó su uso en los estudios de historia económica, así siguieron invisibles el resto de las significaciones que estos monumentos documentales encierran.

Su utilidad pública propició el acceso, excepto los esclavos, del resto de los grupos sociales, en dicha escritura el testante era el propio protagonista que expresaba la problemática de su vida con sus respectivas actitudes, lo cual permite registrar los niveles de la cultura en todo el país y la heterogeneidad

de la misma durante la etapa, por esas razones se erige documento de relevancia para lograr la reconstrucción de hechos a partir de la interpretación de los mismos. El testamento contiene otros registros también de carácter  social, relacionados con las circunstancias que lo originan [2], entre estos, las

condiciones, motivos, circunstancias particulares de la persona que lo genera, así pone al descubierto el pensamiento de diferentes individuos que actúan en circunstancias también diferentes, lo cual convierte al testamento en un espacio social que refiere las fórmulas de la época a la cual pertenece y el estilo de la vida de su tiempo, aquí se explica la sociedad misma, con cuántas

 

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relaciones desarrollaron los hombres dentro de esta. Por eso, la extensión de un testamento no está siempre en correspondencia con los bienes materiales que ordena, sino en la explicación que de muchos de estos asuntos hace el testante, así se ilustran, los comportamientos asumidos por las personas durante su vida, esto avala su utilización para los estudios de mentalidades onhistoria social: aquella que estudia.

(…) la cultura en todas sus manifestaciones, la lengua, las costumbres y tradiciones populares, las actitudes de diferencia de las relaciones interclasistas, los patrones clasistas del espacio urbano, las prácticas religiosas, las formas de sociabilidad, en tanto  explican las relaciones sociales y de poder propias de una sociedad. La historia social,

se propone acceder por esas vías al conocimiento del pueblo, ese gran desconocido de los estudiosos, cuyos movimientos imperceptibles o manifiestos han inclinado por lo general la balanza del poder e impulsado los grandes cambios históricos .[3]

 

En los términos de cultura colonial, Santiago de Cuba puede ser una ciudad de referencia de lo que pudo acontecer en otras localidades del país, pues esta en el siglo XVIII, prepara el camino para la transformación definitiva de su sociedad, en este momento, se produce el proceso de afirmación de la sociedad criolla y de su patriciado que emprende definitivamente el ejercicio de su poder como clase, por eso mira a la ciudad como la plaza ideal para materializar sus aspiraciones. De sus condiciones específicas emerge el quehacer de Tadeo Chirino, primer pintor con obra conocida en todo el país llegada hasta nosotros, se otorga el título de Maestro de la Capilla de Música de la Iglesia Catedral a Esteban Salas y Félix Alqueza entinta el primer impreso.

 

Estos casos pueden ser tildados de excepcionales porque sus autores salen del anonimato, pero no demuestran como hacia el interior de la sociedad, una gran parte de los ciudadanos comunes inmersos en las múltiples relaciones de la vida cotidiana, protagonizaban acciones propias de la actividad cultural, quehacer expresado por ellos mismos en sus testamentos, lo cual  da muestra de la voluntad intelectual, inquietud creadora, organización que iba alcanzando el hombre y la sociedad de la época, los cuales condicionaron el luminoso horizonte cultural de la localidad santiaguera.

 

Sin embargo, el uso del testamento para estos fines no se ha generalizado. De nuestras propias dificultades, trances y conflictos con estos documentos, elaboramos este texto, con el fin de hacer visible las posibilidades del recorrido interior de este documento, quizás con ello se encaucen inquietudes que amplíen los estudios de nuestra historia social durante el período, pues los investigadores también podemos ofrecer datos, completar fuentes y elaborar materiales complementarios de los que produce la actividad archivística para orientar a los usuarios durante el complejo proceso de búsqueda de información.

 

 

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 En los testamentos del siglo XVIII santiaguero hemos advertido y fijado la siguiente estructura:

·  Invocación divina: Con ella comienzan todas estas escrituras. Su estructura es invariable:

 

      En el nome De Dios Ntro Señor Todo Poderoso amen (…)

 

·  Presentación del testante: Consigna si el testante es Don o no; nombres y apellidos; raza, en el caso de las personas de color; estado civil; naturaleza, referida al lugar de nacimiento; vecindad, relativa al lugar donde vive; si es hijo legítimo o natural; nombre de los padres; si son o no difuntos, naturaleza  y vecindad de éstos; condiciones en las que hace el testamento:

 

      (…) Sepase como Yo (nombre del testante) , natl Desta Ciudad y es de su casa, estando eferma del cpo y      

     Sana Delavoluntad, con mi entero acuerdo y cabal memoria (…)

 

·Protestación de la fe: El testante revoca santos de su devoción, religión,  fe, creencia que practica, encomienda del alma, disposición del funeral y entierro:

 

      (…) Creyendo como firme y verdaderamente creo en el altisimo misterio de la Stma  Trinidad, Padre hijo y espirituSto, tres personas distintas y un soloDios verdadero  y en todo lo demas que Cree Predica y en Sena Ntra Santa Madre Iglesia Catolica  Apostolica Romana, regida y gobernada por el espirito Sto, bajo cuya fe y creencia

he nacido y vivido y protesto hacerlo hasta morir (…) es mi voluntad qe mi cpo sea amortajado con mortaja de Lienso Blanco, y sepultado en la Santa Yga. Cathl enel  Lugar qe destinaran mis Albaceas, y qe acompanen mi entierro Cura y Sacristán con  la Cruz debajo del Braso

 

·Particularidades del estado civil: Quien utiliza la escritura, dice si es soltero,  casado o viudo, nombre del cónyuge, condición del matrimonio, declaración  de hijos legítimos y del derecho de herencia.

 

(…) soy casada y velada segn Orn de ntra Sta Madre Yg con (nombre del cónyuge) decuyo Legitimo Matrimonio hemos havido y procreado pr. Ntros hijos á (Nombre de  los hijos)Declarolo por tales mis hijos Legitimos y del antedho mi marido mis vnicos  y universales herederos(…)

 

·    Declaración y disposición de los bienes materiales que lega: La persona  enumera todas las propiedades con sus valores y los herederos de cada una:

 

(…) Declaro entre mis bienes un rosario una rosa de perla con valor de 16 pesos una vuelta de  cadena de 18 pesos unos aretes de oro con piedra con un valor de 4 pesos otros de perlas una cruz encajonada  en oro en 4 pesos dos sortijas una de Esmeralda y otra de oro ambas con un valor de 5 pesos, un pene adornado en oro los que dejo a mi consorte. Declarolo para que conste (…)

 

 

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 ·       Descargo de conciencia: Puede o no aparecer, apunta al comportamiento social  del otorgante, en ocasiones, se incluye en la declaración y disposición de los  bienes materiales legados, porque puede estar relacionada con estos.

 

Al margen de dicha escritura, podían quedar conflictos   y desavenencias tanto  personal como social, los que a veces marcaban profundamente la vida de las  personas, generalmente los pobres, los negros, las mujeres, quienes encontraron  en esta parte de la escritura – trámite legal, que además se pagaba – quizás, la única

ocasión, no importaba que fuera en los límites de la vida, una manera de superar el anonimato, la ndiferencia, el ultraje familiar y social impuesto por alguna de esta  condición, a veces unidas en una misma persona.

 

Felipa Barrera, declara en descargo de su conciencia, que fue injustamente abandonada por su marido, sin que le pase dinero alguno para las diarias urgencias  de su manutención, por lo que desde entonces, la socorre su hija María Josefa con un  real y medio, cuando puede, por lo que se vio precisada a enagenar una esclava suya, muy querida, nombrada Clara[4]

 

·         Declaración de los albaceas testamentarios: El testante consigna tantos albaceas por cuestiones e intereses considere.

 

(…) y para cumplir y pagar este mi testamto mandas y legados en el contenido nombro pr mis Albaceas testamentarios ala citada mi consorte y al Sargto retirado Franco izquierdo mi yerno paqe después de mi fallecimiento entre en mis bienes y dechos  tomen la parte qe baste paqe cumplan y pagen cuanto en el dejo dispuesto (…)

 

·         Validación del testamento por parte del otorgante, quien reconoce el hecho  realizado como actividad de última y póstuma voluntad.

 

(…) Y pr este revoco anulo doy pr ninguno de ningun valor y efecto todos y qualesqa. Testamto. Cobdicilios Poderes y otras Despociciones qe antes Deeste halla fecho y otorgado pr escrito ode Palabra paqe ni balgan ni hagan fee en juicio ni fuera DelSalvo  el presete (…)

 ·         Fecha de confección de la escritura: Refiere día, mes y año

(…) fecho enesta ciudad de Santiago de Cuba en veinte De Agto Demil Setes Nvta y un annos.

·         Validación del testamento por parte del escribano, quien da fe de la legalidad del acto y legitimidad de los participantes.

 (…) Y el otorgte aqn yo essno ppco Del numero pr los quebrantos de salud del originario doy fée qe Conosco y qe Al parecer está Ens. Entero acuerdo asi lo otorgo y no firmo pr  espresar no poderlo hacer por impedircelo el accidte (…)

 

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·         Reconocimiento de testigos: Se relacionan los nombres y apellidos de todos  los testigos, se consigna si estos eran Dones o no.

(…) los testigos que lo fueron Dn Manuel Duharte Dn Cristóbal Albares De Balmacea y Dn Miguel del Balle (…)

·         Rúbricas: Firmas de todos los participantes; nombre, firma y sello notarial del escribano

Además de conocer las partes y contenido de un testamento, existe otro particular, muy obviado por los investigadores, en el que queremos reflexionar por considerarlo también de extrema importancia, nos referimos, a que dicha escritura es un producto de doble factura y autoría, en este convergen, por un lado el contenido, o sea, las referencias que da el testante y por otro, la forma, materialización de las referencias del otorgante a través de la escritura realizada por el escribano. Al asumir el testamento, como documento, debemos tener en cuenta, la unión de estos dos sentidos; el testamento es un texto escrito, cuyo contenido proviene de una fuente oral, que cuenta, para valorar el estado de afectación que contiene su información; en esto cobra ganancia, la labor del escribano, otro ser anónimo, poco atendido, por los investigadores, cuando los documentos con que trabajamos, son material oral transcriptos por los propios códigos  que cada amanuense había creado; no obstante estos códigos tienen cierta  convención, pues de no ser así, la lectura sería imposible; los escribanos  demuestran alta competencia lingüística y conocimiento de la cultura de la época.

Los testamentos, son entre todos los documentos notariales del período, los que ofrecen al individuo mayores posibilidades de realización lingüística, de ahí que se obtengan los detalles de la cultura material y espiritual de los hombres de la  época, así traslucen las formas más diversas del pensamiento humano y de las normas que rigen la lengua de un grupo social en un momento histórico- geográfico determinado.

Por estas razones, consideramos adoptar el estilo de redacción y las formas linguísticas utilizadas en los testamentos que analizamos, como propios del estado de la lengua española a fines del siglo XVIII caracterizada en Santiago de Cuba por:

La falta de normas y regulaciones en los preceptos gramaticales.

La tendencia al uso de las formas latinas, propias del siglo XV, cuando la metrópoli desde 1713 había fundado la Real Academia Española de la  Lengua que trabajaba de forma consecuente, en fijar las normas de la lengua y eliminar poco a poco las incorrecciones[5], , pero en nuestra jurisdicción,  si tenemos en cuenta la descripción que  Rafael Lapesa  refiere  para España, la lengua tenía también un atraso de tres siglos.Los testamentos analizados, exhiben una escritura en conglomerado, agrupa diferentes clases de palabras,

 

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que junto al uso frecuente de abreviaturas, nos anuncia  que estamos frente a un texto dictado, que reproduce formas del habla.  Así aparecen escritas.como: Enel por en el, Desta por de esta,  Arruego por a ruego, ala por a la, desdeluego por desde luego, seleliquidara por se le  liquidará, entre otros.

 

·Algunas abreviaturas son: nome  . por nombre, ntro por nuestro, nat l  . por  natural, cpo por cuerpo, rrs. por reales, segn  . por según, pa. qe  . por para  qué, essno ppco, por escribano público, entre otros.

·No existen reglas para el uso de las mayúsculas Con la cruz Debajo del Braso, y qe. Su Limosna Sepague Demis bienes.

·Imperfección del alfabeto, en el que letra y sonido, no tienen una sola representación. Las sonoras z, s, g, j, coinciden con las sordas c,ss, x: caja,  Xavier, Santísima, altíssimo, protexto.

·Pérdida total de la distinción entre b y v, u y v: buelta, bendido, cavallero,  Vniversales, vltima voluntad.

·Uso de Y como vocal y como consonante: y glasia, instituyó.

·Conserva vocales átonas afinal de sílabas: fée.

·Persisten los latinismos ch, ph, por c, f respectivamente, no se simplifican  los grupos consonánticos como nn, bc, pt, entre otros: Christo por  Cristo, Josepha por Josefa, Annual por anual, Escriptura por escritura.

·El verbo haber conservó duplicidad en contenido y forma, compartía su uso con tener: Hemos havido y procreado pr . ntros hijos, pr . haverlo yo  vendido, ni hagan fee, pr . Dro haya lugar.

·El superlativo se construye con issimo / a: preciosísima.

·Prevalece la formación del futuro con re: fuere, meditaren, hubieren.

·El léxico no posee palabras que denoten la existencia de desarrollo científico técnico, abundan los términos religiosos y los que designan la vida material sencilla, semirural, conservadora de costumbres y apariencias de siglos anteriores, en correspondencia con el escaso desarrollo que la ciudad tenía a finales del Siglo de la

    Ilustración. Lengua y sociedad marchaban a la par

·En la sintaxis, los párrafos no se delimitan entre una oración y otra, en el orden de las palabras, predomina el hipérbaton exagerado y moderado.

 

“Ytte. Declaro serle endeber a Dn. De Betancourt la cantidad de veinte ps. y a Dn. Migl. Angel Carrión dos rrs. resto de setenta qe. Según el apunte qe. enparte Del ade haver qe. se tocare pr. a herencia a María Teresa de Jesús mi hija y[roto]Del nominado Albares y del remaniente qe. queda [roto]mis bienes Deudas Derechos y acciones futuras subcesiones enqe.hubiere subcedidoy subcediese”[6]

·Prevalece el uso de la subordinada con que y los signos de puntuación son escasos.

 

 

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Todas estas particularidades cuentan en el momento de interpretar un  documento de este tipo, como habíamos apuntado, por el grado de afectación que le transmite a la información, la que a la vez repercute en el resultado científico de la investigación, por esto, recomendamos:

 

·  La lectura completa del protocolo, para la familiarización con las normas gramaticales, con la caligrafía del escribano, con el contenido y estructura de cada texto.

·  Anotar las palabras de significado desconocido.

·  Anotar las abreviaturas, todas con importante carga semántica dentro deltexto, estas por lo general, suprimen algunas vocales de la palabra que en ocasiones aparece escrita completa en el mismo texto.

 

A nuestro juicio, de todas las particularidades de la lengua señaladas, las que más afectación pueden ofrecer en la recogida de información son:

 

Las vacilaciones de la escritura en conglomerado.A lo cual se suma la falta de signos de puntuación, en la enumeración de personas, lo que impide, en ocasiones, saber si se trata de una o más personas, por ser esta una época, en la que eran tan comunes los nombres compuestos hasta por cuatro palabras. La situación podemos resolverla en las menciones individuales que aparecen después, una vez que ya hemos conocido el contenido de cada una de las partes del testamento.

La construcción de párrafos donde no se delimitan las oraciones, con predominio de hipérbaton exagerado y moderado. Esta particularidad impide a nuestro juicio, comprender con facilidad el contenido global del enunciado, así se impone la realización de varias lecturas de la escritura y la organización por partes de su contenido.

 El deterioro irreversible del estado físico de estos documentos es otro factor que atenta contra la información original del texto, de los elementos de esta naturaleza, nos da cuenta el Lic. Fernando Antonio Avila Díaz, Especialista en Conservación y Restauración de documentos del Archivo Histórico Provincial de Santiago de Cuba:

Los Protocolos Notariales del siglo XVIII están peligro de extinción, pues en estos inciden factores de riesgo perennes como el inmueble en que se encuentran, concebido para uso doméstico, las condiciones medioambientales a que estuvieron sometidos antes de su traslado al Archivo, la falta de tratamiento adecuado y oportuno, ausencia de un diagnóstico previo, constantes fluctuaciones de los factores temperatura-humedad relativa, filtraciones del inmueble y polvo que hacen fértil el hábitad de hongos, roedores e insectos bibliófagos, la falta de cultura de cómo proteger y manipular la documentación, todo ha provocado daños tales como el papel quebradizo, fragmentado, la acidez, tintas degradantes, decoloraciones, manchas difundidas por la actuación del óxido como catalizador de todas las reacciones químicas del deterioro del papel; el más peligroso, la corrosión, en tanto destruye el soporte en que se

 


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sustenta. Todos estos danos físicos redundan en la opacidad del sentido y el significado original del texto, cuya clarificación exige además de largas horas de arduo trabajo, la consulta de diccionarios generales, especializados y otras fuentes complementarias.7[7]

El testamento es un indiscutible producto de su época y un reflejo de esta, toda vez que revela la actividad de los hombres y de su proyección en relación a la sociedad entendida como un sistema de relaciones económicas, políticas, jurídicas, éticas y culturales, entre otras, por eso su utilización es válida en la reconstrucción de la historia socia


Bibliografía

ALFONSO RAMÓN, MERCEDES CATHCART Y LIBIA MATOS: Historia de la lengua española t. 2, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1990.

IBARRA, , JORGE:  “Historiografía y Revolución”, Revista  Temas no.1, ene – mar, 1995.

LAPESA, RAFAEL: Historia de la lengua española,Editorial Gredos, Madrid.1984.

LE RIVEREND,  JULIO: “Notas para una Bibliografía cubana de los siglos XVIII  y XIX”, Revista Universidad de La Habana, no. 88 – 90, ene – jul., La Habana, 1950.

PLASENCIA, ADELAIDA: Metodología de la investigación histórica, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1985.

PORTUONDO ZÚÑIGA, OLGA: Santiago de Cuba desde su fundación hasta la guerra de los diez años, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2000.

VALDÉS BERNAL, SERGIO: Antropología Lingüística, Fundación Fernando Ortiz, La Habana 2000.

 

Fuentes documentales

 

ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE SANTIAGO DE CUBA: Fondo Protocolo Notariales:  Escribanía  Luis Agustín Guerra, Escribanía Nicolas Herrera y Moya.

ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL: Fondo Colonia, Sección de Actas Capitulares del Cabildo de Santiago de Cuba.

ARCHIVO HISTÓRICO DEL MUSEO ARQUIDIOCESANO: Libros 1, 2, 3.

OROZCO MELGAR , MARÍA ELENA  :”La desruralización en Santiago de Cuba; génesis de una ciudad moderna”, tesis de doctorado (inédita), 1994.

 

 


[1]Jorge Ibarra: “Historiografía y Revolución”, Revista Temas , no. 1, ene – mar., 1995, p.16.

[2]La mayoría de los testamentos son generados por personas lúcidas, en peligro inminente de muerte, circunstancia por la cual el testante realiza declaraciones sin perjuicios ni tabúes, personales ni sociales, todo cuanto tiene y siente, más cuando tales disposiciones  serán públicas después de la muerte. Así aparecen arrepentimientos, desheredaciones, negación de tutelas, reconocimiento y protección de hijos naturales, declaración de con-cubinatos, libertad de esclavos, entre otros deseos que por las normas sociales rígidas permanecían ocultas

[3] Jorge Ibarra: Ob. cit. p. 17.

[4]Protocolos Notariales: Libro 318, f. 4

[5]Cfr. Rafael Lapesa:  Historia de la lengua española. . Madrid. Editorial Gredos, 1984, p. 367-414

[6]Protocolos Notariales. Libro 456 f. 133.

[7]Información ofrecida por el Lic. Fernando Avila, Especialista de Conservación del Archivo Histórico Provincial Santiago de Cuba

Publicado en: Revista Cubana de Archivística No. 16-17 2008-2009, Época tercera, Publicación anual del Archivo Nacional de la República de Cuba y el SistemaNacional de Archivos

Tambien se puede consultar en : http://www.afrocubaweb.com/history/Boletin-del-Archivo-Nacional-16-17.pdf

La descripción sobre las comunidades aborígenes de Cuba tienen referencias muy importantes en toda la obra de los testigos de la conquista y colonización española desde Cristóbal Colón, Las Casas, Pané, Bernal Díaz, Mártyr de Anglería y Fernando Colón, estas fuentes informativas tienen el mérito de la vivencia de la época, de forma directa o indirecta, y nos muestra desde la visión de sus autores una reconstrucción histórica de aquellos pueblos indígena.

En 1843 se publica un artículo recogido en el tomo XVII, de las Memorias de la Real Sociedad Patriótica de La Habana, titulado «Esqueletos humanos fósiles en Puerto Príncipe». En el mismo plasma que en un punto costero llamado Estero de los Caneyes, a unos 65 kilómetros al oeste sudoeste de Santa María del Puerto del Príncipe –hoy Camagüey- un hacendado llamado Francisco Agramonte localizó un cementerio indio.

Indiscutiblemente esta noticia causó expectación, en el mundo científico, cuatro años más tarde, en 1847, el profesor español don Miguel Rodríguez Ferrer visitó la zona y en el llamado Estero de Remate recogió una mandíbula humana, que fue registrada en 1850 por estudiosos del Museo de Historia Natural de Madrid, como pre-colombina.

En 1876, Rodríguez Ferrer en sus trabajos –publicados en los dos volúmenes madrileños de Naturaleza y civilización de la grandiosa Isla de Cuba–, plasma su desacertada conclusión de que los cráneos del sur de Camagüey pertenecían a caribes.

Los doctores Ramón Dacal Moure y Manuel Rivero de la Calle son categóricos al afirmar que con el hallazgo y posterior estudio de la llamada «mandíbula de Puerto Príncipe» por Rodríguez Ferrer «…se inicia la arqueología aborigen de Cuba» (1)

La trascendencia de las investigaciones científicas con relación a las comunidades primitivas, tanto referente a Cuba como al ámbito antillano, no fueron óptimos a pesar del magnánimo esfuerzo de los estudiosos cubanos que nos antecedieron, debido a que en algunos casos faltaba la ineludible preparación cultural y científica, además de las condiciones económicas y sociales en que se desenvolvieron.

 

 A inicios del siglo XX el primer estudio ampliamente divulgado sobre este tema fue el trabajo de J.W. Fewkes (1907) «Los aborígenes de Puerto Rico y de las islas vecinas«, en la obra el autor muestra una fascinante y amplia reconstrucción especulativa apoyada en sus visitas y el examen de colecciones de superficie de las Antillas Mayores.

 

En 1921 se publica el libro ¨Cuba antes que Colon, resumen de las investigaciones de Harriton sobre Cuba, el autor en el año 1915, visitó la Isla , estudió los materiales arqueológicos existentes y realizó una serie de excavaciones en las provincias de Santiago de Cuba, Baracoa, y Pinar del Río. Los escritores norteamericanos frecuentemente asignan la creación de la arqueología cubana a Mark Harrington.

 

Si bien el primer trabajo integral en la arqueología cubana, enmarcado dentro del esquema emergente de la particularidad histórica fue la obra de Harrington, este no fue el primero en producir una publicación científica de la prehistoria cubana, esta distinción pertenece a Luis Montané Dardé (1918). El doctor Montané nació en La Habana el 7 de abril de 1849. A los dos años fue llevado por sus padres a Francia, se graduó de Bachiller en Tolosa y de Doctor en Medicina en París, con una muy original tesis de grado titulada “Estudio anatómico del cráneo de los microcéfalos”, París, 1874, 70 páginas y seis láminas, por la que recibió una mención honorífica de la Facultad de Medicina y la felicitación del tribunal compuesto por Broca, Charcot y Cruvelhier. En ella dio a conocer los cráneos intermediarios y dividió los microcéfalos en clásicos y semi-microcéfalos. Según el erudito bibliógrafo cubano, académico Carlos M. Trelles y Govín, esta obra es citada en importantes libros de anatomía.

 

En París realizó estudios sobre antropología con los eminentes profesores Broca, Hamy y Quatrefages, de quienes fue discípulo distinguido y mereció siempre una alta consideración. La pasión del doctor Montané por los estudios antropológicos va a producir un verdadero movimiento encaminado al desarrollo de estos estudios en Cuba, lo que empezó a dar manifestación de su existencia con la inauguración el 7 de octubre de 1877 de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba. De ahí que al fundarse la Sociedad Antropológica de París se le nombrara miembro fundador.

 

 

Montane antropólogo físico cuyo estudio de restos óseos humanos hallados en contextos arqueológicos de la Ciénaga de Zapata marcaron la emergencia de una larga e inapreciable tradición de investigación por los nacionales cubanos. Montané Dardé, catedrático de la Universidad de La Habana fundó el Museo de Antropología de la institución y dirigió la primera y principal excavación en Cuba, en el área de Maisí.

 

Es importante señalar que independientemente de los esfuerzos realizados por algunos estudiosos del tema esta etapa prerrevolucionaria se caracterizó, ¨ en el terreno de la arqueología y de la historia de las comunidades primitivas, por el empleo de métodos que tanto en el aspecto científico y técnico como en el filosófico habían sido superados en muchos casos hasta por investigadores burgueses contemporáneos. En ese período primaba en Cuba el concepto museológico sobre la arqueología sistemática; faltaba la tradición científica investigativa; predominaba el afán de formar colecciones privadas que no se catalogaban con método y que estaban constituidas, casi de modo exclusivo, por piezas raras, muy vistosas, que no eran representativas de las que usaban las masas aborígenes en su vida diaria. Para colectar estas piezas, se destruía de modo inconsciente la mayor parte de las evidencias aparentemente insignificantes, pero decisivas a la hora de evaluar el desarrollo económico y social de las comunidades primitivas. Había una carencia absoluta de «profesionales» en estas materias, ya que los que se ocupaban de ellas–abogados, médicos, ingenieros, profesores, etc.–, sólo podían dedicarles sus ratos libres, limitando así considerablemente el alcance de sus estudios y arribando a conceptos individualistas –de tipo «genial»–que llevaban al establecimiento de conclusiones subjetivas, basadas en lo general, en el análisis de los pocos ejemplares que obraban en la colección particular del estudioso.¨ (2)

 

 

Estos acontecimientos contradictorios dieron por resultado una gran anarquía en los conceptos que se reflejan, en la terminología que emplearon los escritores, para establecer grupos culturales entre nuestros aborígenes. Predominan en sus trabajos las afirmaciones equivocadas sobre la vida material y espiritual de nuestras comunidades primitivas; se hicieron conjeturas, falsas o insuficientes, concerniente a la situación económica y social de esos grupos cubanos y antillanos. Creándose un verdadero caos de deducciones diversas y personales alrededor de estos temas.

 

En la etapa prerrevolucionaria no se puede omitir al camagüeyano que, acomete dignamente la arqueología y es don Felipe Pichardo Moya, quien nació en octubre de 1892, en el seno de una familia que vino a Puerto Príncipe con la Audiencia de Santo Domingo que se graduó en La Habana como abogado, ejerció la jurisprudencia en Camagüey, fue profesor del Instituto de Segunda Enseñanza y director de la Escuela Normal para Maestros, periodista, prosista y poeta, y dedicó una enorme parte de su obra escrita a la Arqueología y la Historia.

«No tenemos noticias sobre su formación profesional como arqueólogo –señala Lourdes Domínguez–. Su producción de corte arqueológico-histórico comienza a parir de 1934 pero estamos seguros de que tuvo largos años de gestación por la solidez de los conocimientos y porque desde esa fecha comienza a elaborar una obra sistemática cuyo objeto principal es la historia de los aborígenes de Cuba, introduciendo inicialmente sus experiencias de forma ordenada en su provincia nata. De aquí que sus primeros temas diserten sobre el Camagüey precolombino».3

Los estudios realizados por Pichardo con mucha profundidad, y en la reconstrucción, en abstracto, de las condiciones materiales y espirituales de vida aborigen le permitió, cuando nadie reflexionaba ante esto, advertir sobre la necesidad de despojar los estudios sobre la etapa precolombina, el vicio descriptivo sin análisis, que era la moda entre los investigadores de la época.

Pichardo declara en su labor intelectual que desarrollaba dos finalidades fundamentales: la claramente científica y la del consolidación de la identidad nacional profundizando en nuestras más fidedignas raíces étnicas, indicando que la vivencia indígena tras el embate destructor del «descubrimiento» propicio que se declararan hasta nuestros días diversos elementos culturales que se integraron a la cotidianidad.

«Su obra más destacada –dicen Ramón Dacal y Manuel Rivero de la Calle– es Caverna, costa y meseta, en este libro, Pichardo Moya une, por primera vez para la arqueología cubana, los elementos del medio con las evidencias materiales, para ofrecernos una visión del hombre y su ambiente que, posteriormente, ha sido desarrolada por muchos arqueólogos. Con una amplia visión del pasado, no solo de Cuba, sino de toda el área del Caribe».4

Los destacados investigadores Felipe Pichardo Moya y Fernando Ortiz articularon la información de las evidencias y las fuentes históricas para plasmar de forma transparente los índices de transculturación como una demostración de relación cultural compleja y diversa

 

Fernando Ortiz nació el 16 de julio de 1881 y murió el 10 de abril de 1969 en La Habana, Cuba. Es considerado una de las figuras científicas de mayor importancia en Cuba y América Latina, como jurista, historiador, etnólogo, lingüista y sociólogo. Su prolífica creación intelectual incluye textos imprescindibles para la comprensión de la sociedad cubana, Entre las instituciones creadas por Ortiz se encuentran: Sociedad del Folklore Cubano (1923), Institución Hispanocubana de Cultura (1926) y Sociedad de Estudios Afrocubanos (1937).

 

En 1937, el Museo Antropológico Montané fundó la Comisión Nacional de Arqueología posteriormente renombrada como Junta Nacional de Arqueología y Etnología, con el propósito de sistematizar y promover la investigación arqueológica. La misma desde su fundación hasta 1962, publicó 20 números de la Revista de Arqueología y Etnología (Journal of Archaeology and Ethnology) proporcionando la difusión de la información arqueológica en Cuba . En este mismo período se creó en 1935 el Programa Caribeño de la Universidad de Yale y la publicación de algunas monografías fundamentales sobre la arqueología de las Antillas Mayores.

 

A partir del surgimiento de diferentes grupos científicos y la labor de la Comisión Nacional de Arqueología, como institución capaz de vertebrar una publicación de solidez científica y vincular las labores cubanas con las organizaciones internacionales. Se observa un destaque en los resultados de estos estudios y sobresalen algunos arqueólogos cubanos como Carlos García Robiou, René Herrera Fritot, y Juan A, Coscolluela, que lograron nuclear concepciones arqueológicas de suma trascendencia para Cuba y las Antillas pese a los restringidos recursos.

 

En 1942, en la Habana, fue celebrado el 1er Congreso Nacional de Historia donde emergen varios trabajos con el tema común sobre las culturas indoamericanas, Fernando Ortiz hace referencia a estos trabajos presentados en el articulo: Nuevas teorías sobre las Culturas indias en Cuba, publicado en la Revista Bimestre Cubana de la Sociedad Amigos del País No (1) – julio-agosto 1943 , en esta monografía Ortiz califica que ajustó su atención solo a dos trabajos de los 4 presentados, estas fueron las tesis presentadas por Herrera Fritot y Juan A Cosculluela, por poseer mayor rigor científico. Fernando plantea que a partir del análisis de estos trabajos, que inicialmente su propósito era someterlo a fuertes criticas como bien dice haciendo el papel de ¨ abogado del diablo ¨ (5) pero que el suficiente argumento presentado y su conexión con otros elementos antillanos, fue convencido de las teorías planteadas y es en estos trabajos donde se demuestra que la teoría bimembre es decir culturas Ciboney y Taina ya no es suficiente para comprender todos los elementos arqueológicos de Cuba y que en lo sucesivo según Ortiz habría que acudir a un tercer termino y hasta un cuarto para la clasificación de las culturas indias de Cuba.

 

Podemos resumir este periodo con los criterios de Davis, Dave D. (1996) en el trabajo Revolutionary Archaeology in Cuba, cuando expresa: Durante 20 años antes del triunfo de la Revolución, las sociedades científicas y arqueológicas señaladas sostuvieron y apoyaron las investigaciones arqueológicas en Cuba. La Sociedad Espeleológica de Cuba sufragó cierto número de excavaciones y la publicación de monografías donde se detallaban algunos de los resultados alcanzados. La arqueología regional dentro del país fue sustentada por organizaciones profesionales y cuasiprofesionales como el Grupo Humboldt (en el este de Cuba), el Grupo Arqueológico Caonao (en el área de Banes), y el Grupo Guamá (en el área de La Habana), todos complementando los esfuerzos del Museo Antropológico Montané y el Museo Baní. El amplio acceso a los trabajos sobre la arqueología de Cuba de los arqueólogos norteamericanos, conjuntamente con el fuerte impacto de los trabajos de Rouse sobre la clasificación cerámica y las sistemáticas arqueológicas obscurecieron, indudablemente el trabajo de los cubanos en el ancho marco de las Américas. Aún en 1959, a pesar de la significación metodológica del enfoque de Rouse, la mayor parte de las investigaciones en la prehistoria cubana fue, de hecho, el realizado por cubanos. Una infraestructura organizativa nacional centrada en la Junta Nacional fue bien fundada. Los arqueólogos profesionales fueron empleados en la Universidad de La Habana, en museos y en la propia Junta. Según Dacal Moure y Rivero de la Calle (1986, p.34) a los arqueólogos prerevolucionarios en Cuba «les faltó una base filosófica idónea y las condiciones sociales que permitieran que su obra llegara a cristalizar» . De modo alternativo se puede decir, que la arqueología cubana produjo una considerable y substantiva información sobre la prehistoria, pero que durante mucho tiempo permaneció contemplada por los arqueólogos norteamericanos debido a sus métodos analíticos, modelos integradores y principios explicativos (.6)

Después del triunfo de la revolución, año 1959, la Arqueología cubana evoluciona, da un brinco de calidad en la profesionalización del trabajo arqueológico, …..mientras en otros sentidos, sobre todo teórico, se produjo un cierto estancamiento al no tener en cuenta muchos de los aportes creativos de otras arqueologías caribeñas, latinoamericanas o norteamericana y enclaustrase en una especie de ortodoxia que limitó la propia dialéctica investigativa y en muchos casos produjo una especie de mezcla o hibridación entre las viejas concepciones del funcionalismo y el particularismo de Rouse, y los intentos de aplicar el marxismo a la interpretación de las culturas precolombinas. ( 7)

Como uno de los primeros pasos de este proceso revolucionario, surgiría en el radio de acción del Consejo de Cultura, un proyecto para la realización de estudios científicos del folklore. En diciembre de 1961 por ley 994 del Consejo de Ministros se creó el Instituto Nacional de Etnología y Folklore como organismo adscrito, como ya se ha señalado, al Consejo Nacional de Cultura. Asesorado inicialmente por Fernando Ortíz pero que sería dirigido por Argeliers León el cual en la inauguración de dicho centro enunciaba una nueva visión acerca del desarrollo futuro de las Ciencias Sociales en el país.

El mencionado Instituto Nacional de Etnología y Folklore tenía entre sus fines y funciones principales promover y sistematizar la investigación científica de las manifestaciones culturales del pueblo cubano y las condiciones de vida que condiciona esa cultura y reunir exponer y conservar todas aquellas piezas documentales y de valor etnológico o folklórico posibles de colectar, con las cuales se fomentaría el Museo de Etnología Cubana del Instituto.

Tambien en este proceso organizativo fue creada la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias, en febrero de 1962 por la ley 1011 del Gobierno Revolucionario, que planteaba: «el desarrollo progresivo de las ciencias constituye la condición escencial para construir una base material y técnica para la Sociedad Socialista, así como para promover el bienestar cultural del pueblo». Al igual que en la Unión Soviética y otras naciones marxistas, la arqueología también ganó en Cuba el status de disciplina más directamente relacionada con la investigación de los sistemas sociales «sin clases» (Mongait, 1961; Trigger, 1989:216-243). Los principales profesionales de la arqueología que permanecieron en Cuba, incluidos Herrera Fritot, Nuñez Jiménez y Ernesto Tabío constituyeron un grupo de expertos en el Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias y que se creó en ese mismo año  ( 8 )

Para el año 1962 el entonces Presidente de la Academia Capitán Antonio Nuñez Jiménez se refería a la existencia ya, de un Departamento de Antropología luego Instituto de Arqueología donde un grupo de especialistas destacados realizaba la catalogación de piezas de nuestras culturas aborígenes y de América Latina.

A partir de 1964 se firmarían convenios de colaboración para el desarrollo de las Ciencias Sociales con diferentes academias de los países socialistas, fomentándose una serie de investigaciones en: antropología, etnología, historia, filosofía, literatura y economía. Fue notable el número de estudiantes enviados al entonces campo socialista, se privilegió la formación de especialistas, siempre que fuera posible, en nuestro país, con la ayuda de técnicos extranjeros radicados aquí. Se buscaba así formar el personal idóneo sin interrumpir las investigaciones. Esta política tuvo cierta incidencia negativa para algunas de las Ciencias Sociales que como la arqueología y la etnología por ejemplo, no contaban con estudios de pre grado en nuestro país, y quizás hubiese sido conveniente promover su formación en el exterior.

La Arqueología tendrá un mayor apoyo por parte del estado y de hecho gana en fuerza el interés por redefinir la verdadera contribución, de las sociedades aborígenes a los procesos de conformación de la nación y esta se vuelca al mejoramiento de las metodologías de investigación, métodos o sistemas en las técnicas de excavación, mayor énfasis en los sistemas de análisis, desarrollo de trabajos interdisciplinarios rigurosidad y la protección del patrimonio.

 

Muchos estudiosos plantean que la nueva arqueología cubana choca con varios lastres teóricos que según diferentes criterios expuestos, a mi juicio, destaco lo más significativos como por ejemplo: la aplicación mecanicista de algunas categorías del materialismo histórico, establecimiento de esquemas arqueológicos precisamente relacionados con aparentes niveles de desarrollo económico y por supuesto con sus respectivos niveles de desarrollo ideológico institucional, disminución de la comprensión de la historia de las sociedades estudiadas, segmentación de las investigaciones o de los datos en ellas obtenidos, que imposibilita la reconstrucción íntegra de las sociedades en estudio, empleo de concepciones metodológicas y juicios interpretativos y utilizados en otros contextos sin apreciar, las particularidades regionales o históricas de las sociedades que se estudian, utilización de diferentes acepciones definidas todas para caracterizar un mismo fenómeno además entre otras la ausencia de la arqueología y la antropología dentro de los planes de enseñanza de los estudios superiores.

 

El arqueólogo J. Ulloa expone en su trabajo Arqueología y rescate de la presencia aborigen en Cuba y el Caribe que: …a nuestro juicio, la Arqueología cubana precisa de un enfoque más de imbricación o conexión con el Caribe en sus interpretaciones, romper o saltar del aislamiento institucional sino también interpretativo en la relación de los fenómenos y en el análisis de sus comunidades…. (9)

 

 

Otros arqueólogos concuerdan en el discernimiento de que se observa un eclecticismo teórico que revela una marcha simultánea entre las viejas concepciones de la Antropología norteamericana y los fundamentos marxistas y neoevolucionistas. No obstante es importante subrayar que la arqueología cubana a tenido disímiles logros y la influencia del materialismo histórico y dialéctico ayudaron a percibir o fijar un nuevo sentido en el trabajo científico, existen aportes de gran importancia y ya ha comenzado a dar señales de una recuperación necesaria a partir de la apertura hacia otras formas de pensamiento y práctica de la disciplina, así como de una especialización académica, que ya ha empezado a vislumbrarse con la apertura de maestrías y postgrados en este sentido.

 

Según criterios de Davis, Dave D …. la práctica arqueológica en Cuba continúa su inspiración en el profundo sentido de patria, y por la atención de un amplio interés público en el patrimonio arqueológico nacional……….(10)

 

Notas

1- Funes, Funes Roberto: La arqueología prehistórica de Cuba comenzó por Camagüey. http://www.cadenagramonte.cubaweb.cu/arqueologia/arqueologia_prehistorica.asp

 

2- Ulloa, Jorge. Arqueología y rescate de la presencia aborígen en Cuba y el Caribe. KACIKE: Revista de la historia y antropología de los indígenas del Caribe [Revista electrónica] http://www.kacike.org/UlloaEspanol.html

3- Domínguez, Lourdes. Prólogo a la segunda edición de «Caverna,costa y meseta». La Habana, 1990.

 

4- Dacal Moure, Ramón y Manuel Rivero de la Calle. Arqueología aborigen de Cuba. La Habana, 1986.

 

5- Ortiz, Fernando: Nuevas teorías sobre las Culturas indias en Cuba, publicado en la Revista Bimestre Cubana de la Sociedad Amigos del País No (1) – julio-agosto 1943

 

6- Davis, Dave D. (1996) : Revolutionary Archaeology in Cuba. Journal of Archaeological Method and Theory. Plenum Publishing Corporation, EUA, Vol.3, No.3, pp.159-188.

 

7- Ulloa, Jorge. Arqueología y rescate de la presencia aborígen en Cuba y el Caribe. KACIKE: Revista de la historia y antropología de los indígenas del Caribe [Revista electrónica] http://www.kacike.org/UlloaEspanol.html

8- Davis, Dave D. (1996) : Revolutionary Archaeology in Cuba. Journal of Archaeological Method and Theory. Plenum Publishing Corporation, EUA, Vol.3, No.3, pp.159-188.

 

9- Ulloa, Jorge. Arqueología y rescate de la presencia aborígen en Cuba y el Caribe. KACIKE: Revista de la historia y antropología de los indígenas del Caribe [Revista electrónica] http://www.kacike.org/UlloaEspanol.html

 

10- Davis, Dave D. (1996) : Revolutionary Archaeology in Cuba. Journal of Archaeological Method and Theory. Plenum Publishing Corporation, EUA, Vol.3, No.3, pp.159-188.

 

FUENTES CONSULTADAS

Alvarez Conde, J. «Felipe Pichardo Moya, su vida y su obra». La Habana, 1952.

Anónimo. «Esqueletos humanos fósiles en Puerto Príncipe» En: Memorias de la Real Sociedad Patriótica de La Habana. Tomo XVII. Pág 457. 1843

Dacal Moure, Ramón y Manuel Rivero de la Calle. Arqueología aborigen de Cuba. La Habana, 1986.

Davis, Dave D. (1996) : Revolutionary Archaeology in Cuba. Journal of Archaeological Method and Theory. Plenum Publishing Corporation, EUA, Vol.3, No.3, pp.159-188.

Domínguez, Lourdes. Prólogo a la segunda edición de «Caverna,costa y meseta». La Habana, 1990.

Funes, Funes Roberto: La arqueología prehistórica de Cuba comenzó por Camagüey. http://www.cadenagramonte.cubaweb.cu/arqueologia/arqueologia_prehistorica.asp

 

Ortiz, Fernando: Nuevas teorías sobre las Culturas indias en Cuba, publicado en la Revista Bimestre Cubana de la Sociedad Amigos del País No (1) – julio-agosto 1943

 

Pichardo Moya, Felipe. «Caverna, costa y meseta. Interpretación de arqueología indocubana». La Habana, 1945

Tabío, Ernesto. «La prehistoria». En. Cien años de lucha. La Habana, 1969. Num. 2

Tabío, Ernesto y Estrella Rey. Prehistoria de Cuba. Ed. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, 1966 (segunda y tercera edición, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1978 y 1980

Ulloa, Jorge. Arqueología y rescate de la presencia aborígen en Cuba y el Caribe. KACIKE: Revista de la historia y antropología de los indígenas del Caribe [Revista electrónica]

http://www.kacike.org/UlloaEspanol.html

 

Los médicos y la antropología en Cuba. Conferencia leída en Evento en Conmemoración del Centenario de la Cátedra de Antropología de la Universidad de La Habana. Aula Magna. Universidad de La Habana, diciembre 28 de 1999

 

 

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